Según la Asamblea de la ONU “la mutilación genital femenina es un abuso irreparable e irreversible que repercute negativamente en los derechos humanos de las mujeres y las niñas”.
La OMS señala que la MGF “comprende todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos”[2].
Aunque hablemos de “mutilación” lo más correcto sería “mutilaciones” debido a que existen distintas formas de realizar esta práctica.
Los cuatro procedimientos principales:
1) Clitoridectomía: resección parcial o total del clítoris;
2) Escisión: resección parcial o total del clítoris y los labios menores;
3) Ablación: reducción de la abertura vaginal mediante una cobertura a modo de sello formada cortando y recolocando los labios menores y mayores, con o sin resección del clítoris
4) Otros procedimientos lesivos tales como pinchazos, perforaciones, incisiones o raspados de la zona genital.
Las razones de su práctica son varias y van desde creencias socioculturales, entendido como un ritual que señala el paso de las niñas a la edad adulta; a higiénicas, los genitales femeninos son considerados feos y sucios; o psicosexuales, un método para controlar la sexualidad femenina.
En muchos casos se relaciona con la religión musulmana pero esta práctica no aparece en el Corán ni se practica en países de tradición islámica como Marruecos, Jordania, Argelia, Siria, Libia, Túnez, Turquía o Arabia Saudí.
Otra prueba de que la MGF no se circunscribe a una religión es que los cristianos coptos de Egipto, Etiopía y Sudán o la comunidad judía de Etiopía la practican. También, se ha mantenido en América Latina, concretamente en la comunidad Embera Chamí (Colombia), al parecer introducida por sacerdotes españoles en su llegada al continente.
Programas y marco jurídico internacional
El mayor programa mundial para la eliminación de la MGF viene de la mano de ONU Población y Unicef quienes, desde 2008, trabajan en el Programa Conjunto sobre la mutilación/ablación genital femenina. Este programa busca concienciar sobre los perjuicios de la práctica y empoderar a mujeres, niñas y comunidades para su abandono. El Programa se encuentra en su Fase III y está especialmente vinculado al Objetivo de Desarrollo Sostenible 5.3[4]
En 2012, la Asamblea General de la ONU adoptó la Resolución para intensificar los esfuerzos mundiales para la eliminación de la mutilación genital femenina[5]. La resolución “insta a los Estados Miembros a su prohibición y castigo” por atentar contra los derechos humanos de las mujeres y niñas. La Asamblea también incide en la necesidad de que se fortalezcan “programas de concienciación y participación de los líderes comunitarios y religiosos, las instituciones de enseñanza, los medios y las familias”. Esta Resolución declaró el 6 de febrero como Día Internacional de la Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina para visibilizar la gravedad y la necesidad de su eliminación. |
Sin embargo, los datos de víctimas de MGF son alarmantes, concentrándose los casos entre las jóvenes de 15 a 17 años. Además, cuando se les preguntó a las mujeres sobre su apoyo a esta práctica, el 57,8% dijeron que sí (ámbito rural 65,3%; ámbito urbano 41,8%)[6].
La lucha de las mujeres africanas
Purity Soinato Oiyie es una joven masai de 22 años y es del condado de Narok, Kenia. Purity Soinato tenía 11 años cuando escapó mutilación genital y de un matrimonio forzado. Fue la primera niña de su poblado en decir no a la MGF y la primera en graduarse. Ahora, lucha para eliminar esta práctica y promover la educación entre las niñas. Compartió su historia y su sueño de abrir una escuela para niñas en su comunidad en la 62ª Sesión de la Comisión Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas (12-23 de marzo de 2018).
Y de las nuevas generaciones a una veterana activista contra la eliminación de la MGF. Edna Adan Ismail nació en Hargeisa, Somalilandia en 1937. De profesión comadrona, fue la primera mujer que, desde el Cuerno de África y en la década de los 70, denunció los daños provocados por la mutilación genital femenina. Edna Adan fue primera dama de Somalia y funcionaria de la ONU.
Actualmente dirige el Hospital Materno “Edna Adan” especializado en salud-materno infantil y desde el que se realiza una importante labor de sensibilización y trabajo directo con pacientes víctimas de MGF y sus familias. Desde el hospital, también se lleva a cabo un registro y sistematización de los casos y experiencias para conocer la prevalencia de esta práctica en la región de Somalilandia. |
Periodista y miembro de Gentinosina Social
* Texto basado en artículo publicado originalmente en el Boletín nº17 del Observatorio Comunitario sobre Violencia de Género en El Viejo (Nicaragua), publicado por Fundación Mujeres y Apadeim.
[1] UNICEF (2016): Mutilación genital femenina/ablación: Una preocupación global https://www.unicef.org/media/files/FGMC_2016_brochure_final_UNICEF_SPREAD.pdf
[2] OMS (2018): Notas descriptivas sobre Mutilación Genital Femenina: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/female-genital-mutilation
[3][1]OMS: Complicaciones sanitarias de la mutilación genital femenina:
https://www.who.int/reproductivehealth/topics/fgm/health_consequences_fgm/es/
[4] “Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina” para 2030.
[5] Resolución A/RES/67/146, del 20 de diciembre de 2012, de la Asamblea General de la ONU. https://undocs.org/es/A/RES/67/146
[6] ONU POBLACIÓN Y UNICEF (2016): Informe Anual del Programa Conjunto sobre la mutilación/ablación genital femenina: Acelerando el cambio. https://www.unfpa.org/sites/default/files/pub-pdf/UNFPA_UNICEF_FGM_16_Report_web.pdf