Marco Antonio García es un extremeño nacido en Amorebieta aunque criado y residente de Coria. Es la vida normalizada de una persona con discapacidad intelectual, que vive solo en su apartamento, que ha vivido el estigma social por su discapacidad, pero a pesar de eso lucha a diario por tener un trabajo, ser independiente y vivir su vida tranquilamente con su novia. Esta es su historia. |
Markito sabe que la formación es vital para todo el mundo pero aún más si cabe para las personas con discapacidad. "Encontrar trabajo es difícil para todos, pero para nosotros aún más, algunas personas no confían en nuestras capacidades y en sitios rurales o ciudades pequeñas la gente todavía desconfía más de nosotros porque nos ven como niños pequeños o no nos toman en serio por conocernos de toda la vida". "Y yo no soy ningún tonto, tengo una discapacidad pero durante muchos años me he formado con cursos de cocina, jardinería, camarero e incluso celador". Este último oficio es el que más le gusta a Markito. "Mi sueño es ser celador en el hospital de Coria, ya me presenté a las oposiciones, aunque aprobé no me dio la nota para trabajar", explica Markito quien segura que seguirá intentándolo todos los años. |
Es hijo de uno de tantos matrimonios extremeños que durante los años 70 tuvo que emigrar para buscar un porvenir lejos de su tierra, ellos lo hicieron a Amorebieta durante los años de plomo. "Yo soy el pequeño de cuatro hermanos y aunque nací en Amorebieta hace 37 años no tengo muchos recuerdos de aquellos años, con cinco ya nos volvimos para Coria así que me considero coriano", relata con orgullo Markito. |
"En Camilo Hernández he vivido parte de los mejores momentos de mi vida, allí los profesores hicieron todo lo posible por enseñarme e incluirme como un niño más en la vida del colegio y la ciudad", subraya con alegría Markito. "Además, allí encontré uno de los grandes tesoros de mi vida: mis amigos. Con ellos sigo en contacto y salgo muy a menudo", añade Marco Antonio. Aunque nuestro protagonista nos relata que lo único que echa de menos de esa época fue no poder sacarse el graduado escolar. "Ahora es uno de mis mayores retos, en septiembre empiezo las clases en la escuela de adultos junto a mi novia Ana", comenta con tono serio. |