Por Wafaa Agayou Últimamente no hacemos más que escuchar “Educación en positivo” por todas partes, parece ser la moda de estos tiempos. Muchos consejos, muchas herramientas para educar hijos perfectos, sanos y salvos. Mensajes que garantizan la felicidad de nuestros hijos aplicando una cosa u otra. Cursos, talleres y formaciones para criar hijos ‘ideales’ como desea ver cualquier madre o padre estable en todos los aspectos. Ser la familia perfecta, las madres o los padres ideales para nuestros hijos. |
Mi experiencia personal me enseñó que no se sigue ninguna metodología en concreto. No existe metodología mejor o peor que otra, simplemente cada niño es especial y cada uno necesita una educación respetuosa acorde a sus necesidades.
“No seguimos metodologías, hay que seguir al niño”
Todas las familias saben que educar no es fácil, es una responsabilidad enorme para la cual nadie está prepara para ello y que se hace lo que se puede con las herramientas de las que dispone cada uno. Pero todo es mejorable en esta vida por eso es importante evolucionar, avanzar e invertir en la educación de nuestros hijos para proporcionarles una vida estable y equilibrada.
La educación positiva no hace que nuestras vidas sean “HAPPY” siempre, niños felices las 24h, familias de anuncio con la sonrisa dibujada en el rostro todo el día, sin conflictos, sin complicaciones ni obstáculos. Lo que se aprende es la capacidad de gestionar cualquier situación complicada, tanto en la educación de nuestros hijos como en la vida misma, de forma calmada, respetuosa y sobre todo con un enfoque resolutivo excluyendo el victimismo, la culpabilidad y el estrés añadido.
También enseña que no todo gira alrededor de los hijos. Las madres y los padres son el pilar de la educación y para educar con los valores que considera cada uno se necesita primero aplicarlos en sí mismo y dar ejemplo. Permitirse el lujo de equivocarse, perdonarse, cuidarse, quererse, responsabilizarse y no culparse.
La educación en positivo se podría considerar un estilo de vida que enseña a vivir la crianza tal y como es, dejar de perseguir la perfección, aprender de los momentos duros y disfrutar de cada momento agradable con los hijos.
Con la visión global que tengo sobre las metodologías que ayudan a educar en positivo, acompaño a las familias, en estos tiempos acelerados, tan complicados y estresantes, a entender mejor el desarrollo de sus hijos, aceptar la imperfección familiar y a poder conectar con ellos y, sobre todo, a vivir en armonía dentro de una familia imperfecta.
Descubre la iniciativa Familias Imperfectas con el que colabora Gentinosina Social. Solicita más información en su Web. |